Alimentación y salud intestinal (Intestino 6-7)

Alimentación y salud intestinalPienso que, señalar un estado relajado, con una respiración tranquila, y una correcta masticación, nos llevara a una buena digestión y además a un mayor estado de paz y calma interior.

El seguir una dieta mediterránea ayudaría a prevenir múltiples enfermedades de hoy en día. No por vivir en países mediterráneos hace creer que se sigue la realidad de esta dieta.

Los incumplimientos de las recomendaciones que afectan a la salud intestinal son los siguientes:

  • Falta de fibra y prebióticos. En la base de esta pirámide se recomienda el consumo de cereales integrales, fruta y verduras diariamente. La población apenas come cereales integrales y poca fruta y verdura, por lo que habrá dos problemas en relación a la falta de fibra que provocara estreñimiento y a la falta de prebióticos alimentos de la flora benéfica (pan blanco, arroz blanco, pasta, bollería…) y muy refinada (dulces, pastelería, postres…), lo que conlleva a una falta de fibra y a un aumento en el desarrollo de una flora alterada elevando la probabilidad de que proliferen parásitos y hongos como la cándida muy ávidos de azúcares.
  • Fuentes incorrectas de grasas. Se habla mucho de que se consume aceite de oliva en exceso, pero muchas veces se consume refinado con lo cual no aporta de un modo correcto los ácidos grasos; ya que el aceite se ha sometido a procesos industriales de calentamiento y tratado con disolventes. Se consume también mucho aceite de girasol pero no de primera presión en frío sino refinado, que tampoco aporta ácidos grasos esenciales en la forma correcta y asimilable por nuestro organismo. Existe un excesivo consumo de grasas saturadas de origen animal y falta de grasas poliinsaturadas de origen vegetal, semillas o de pescados.
    Los ácidos grasos esenciales son imprescindibles para conformar correctamente las membranas celulares de las células intestinales. Promueven además la generación de prostaglandinas antiinflamatorias protegiendo del desarrollo de procesos inflamatorios en el intestino. Sin embargo el exceso de acido araquidónico que proviene del consumo excesivo de alimentos de origen animal desencadena la producción de prostaglandinas proinflamatorias promoviendo estos procesos en la mucosa intestinal.
    Se consume aceite de oliva pero hay carencia de linoleico (ola serie omega 6) y linolénico (serie omega 3). Se consume el aceite de girasol refinado que no será aporte de linoléico, ya que se ha obtenido por refinación, sometiendo a altas temperaturas y alterando la conformación de estos ácidos grasos esenciales.
  • Exceso consumo de lácteos. Casi nunca los fermentados, tal como recomienda la pirámide mediterránea. Y además provenientes de animales grandes como la vaca; cuya proteína, la caseína, es más difícil de digerir que la caseína de otros animales más pequeños como la cabra. El ser humano deja de producir renina, el enzima capaz de digerir la caseína láctea a partir de los tres años; por lo que ante esta proteína presente en la leche, se presentará mayor o menor dificultad digestiva. Si además hay permeabilidad intestinal, lo cual es bastante frecuente, contribuirá al desarrollo de problemas alérgicos entre otros. Los lácteos recomendados serían el yogur o kéfir de cabra ecológico o quesos de cabra poco curados y de origen ecológico.
  • Excesivo consumo de alimentos cárnicos y derivados. Lo que va dar lugar al desarrollo de una flora putrefactiva, que actúa sobre los restos de estos alimentos, desplazando a la flora benéfica fermentativa. En el intestino los vegetales fermentan, pero los animales se pudren. Y según como sean los restos de nuestra dieta tendremos en nuestro intestino una flora benéfica fermentativa o una flora putrefactiva que nos generará metabolitos tóxicos como indoloescatol como resultado de estos procesos de putrefacción.
    Las sociedades desarrolladas tienden a consumir muchas más proteínas de las recomendadas. Esto contribuye no solo a la intoxicación orgánica sino a una mala salud intestinal que genera procesos proliferativos, como pólipos o cáncer; siendo el cáncer de colon-rectal uno de los de mayor incidencia en las sociedades desarrolladas. Sin olvidar además que los animales acumulan mayor cantidad de tóxicos (pesticidas, herbicidas) y en su cría intensiva se utilizan medicamentos, hormonas o vacunas para estimular su rápido crecimientos y tratar sus frecuentes enfermedades; debido a su crecimiento en situaciones de hacinamiento, baja movilidad, poca luz solar, etc.
    En la dieta mediterránea se aconseja consumir carne una vez por semana. Así se hacía en temporadas pasadas, en tiempos de nuestros abuelos, pero ahora se hace diariamente, en forma de carne directamente o de embutido, rellenos, etc. lo cual no es saludable, ni para nuestra salud ni para la del planeta (emisión de gases efecto invernadero, destrucción de bosques para ganadería). Se ha de ajustar el consumo de proteínas a las recomendaciones nutricionales y disminuir el consumo de proteínas animales, incorporando fuente de proteínas vegetales como legumbres o frutos secos.

Olivo La Ciudadela  Herbolario La Ciudadela

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