LO MEJOR, PREVENIR EL RESFRIADO

Medidas tan sencillas como lavarse las manos frecuentemente, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca sin lavarse las manos previamente, airear las habitaciones, no acercarse demasiado a las personas enfermas evitando abrazos, besos y darse la mano o cubrirse boca y nariz con una bufanda al salir a la calle, pueden reducir la incidencia de resfriados. Taparse la boca al toser o estornudar con un pañuelo desechable, lavarse las manos después de toser, estornudar o sonarse la nariz y desinfectar con frecuencia las superficies y objetos que se tocan, son medidas que disminuirán sensiblemente la propagación de los gérmenes.

Pero lo esencial para evitar los resfriados es mantener fuerte nuestro sistema inmunitario. A este menester la fitoterapia nos brinda una gran ayuda. De entre las plantas con acción sobre el sistema inmune destacan las equináceas y el astrágalo.

Equináceas (purpúrea y angustifolia), desde las praderas americanas.

equinaceaCon el nombre de Equinácea se conocen tres especies de plantas herbáceas de la familia de las Asteraceae (Compuestas) utilizadas tradicionalmente por sus propiedades medicinales: equinácea purpúrea (Echinacea purpurea (L.) Moench) de la que se emplean la raíz y/o la parte aérea; equinácea angustifolia (Echinacea angustifoliaD.C.) y equinácea pálida (Echinacea pallidae (Nutt.) Nutt.), de las que se emplea la raíz. Su nombre general “equinácea” viene del griegoechinos cuyo significado es “erizo” debido a la apariencia del botón floral. Son originarias de las praderas del Norte de América, donde los nativos las utilizaban con diversos fines medicinales, principalmente: en cocimientos o masticadas para protegerse de las infecciones respiratorias; masticadas para el dolor de muelas, por vía tópica para desinfectar heridas y contra las mordeduras de serpiente. Los primeros colonos tras observar a los nativos, pronto adoptaron esta planta como remedio. Su uso fue introducido en Inglaterra a finales del siglo XVII y las propiedades de la planta han sido estudiadas científicamente en EEUU y Europa desde finales del S. XIX.

Conocidas bajo el mismo nombre común, se les atribuye parecidas propiedades, sin embargo la composición química varía de una especie a otra, e incluso dentro de la misma especie, dependiendo de su hábitat geográfico, condiciones de recolección y almacenamiento y de la parte de la planta empleada. Se ha visto, por ejemplo, que dependiendo de las condiciones de procesado, secado y almacenamiento, las alquilamidas de E. purpurea pueden disminuir hasta un 80% durante un periodo de 64 semanas[1](Perry et al, 2000), lo que demuestra que para asegurar la calidad de los productos, deben utilizarse extractos controlados y estandarizados que aseguren su eficacia.

Centrándonos en las dos especies más frecuentemente utilizadas equinácea purpúrea (raíz y parte aérea) y equinácea angustifolia (raíz), ambas especies contienen derivados del ácido cafeico, alquilamidas y polisacáridos, aunque en distintas proporciones y con diferencias en cuanto a los componentes de cada grupo. Así, entre los derivados del ácido cafeico la raíz de equinácea purpúrea contiene principalmente ácido chícórico y cafeico, mientras que la raíz de equinácea angustifolia se distingue por su contenido en equinacósido.

En cuanto a sus actividad sobre el sistema inmune, en una y otra especie, es el resultado de la suma de la actividad de los distintos grupos de constituyentes, especialmente, polisacáridos y glicoproteínas, alquilamidas y derivados del ácido cafeico, lo que ha sido demostrado en diversos estudios in vitro, in vivo en animales de experimentación, y en ensayos clínicos realizados en humanos. Se ha probado que los preparados de equinácea aumentan los mecanismos de defensa por estimulación general inespecífica, tanto a nivel humoral (producción de anticuerpos y activación del sistema de complemento) como a nivel celular (activación de la fagocitosis por macrófagos) (Freier et al. 2003 y Perry et al 2000[2],[3]. El efecto inmunoestimulante se produce por tres mecanismos: la activación de la fagocitosis, la estimulación de los fibroblastos y el aumento de la actividad respiratoria y de la movilidad que originan un aumento de los leucocitos.

En cuanto a las alquilamidas han demostrado in vitro actividad antiinflamatoria. El equinacósido ha demostrado, in vitro, actividad bacteriostática, y los poliacetilenos actividad bacteriostática y fungistática[4] (Alonso J. 2007). Los derivados purificados del ácido cafeico han demostrado acción antiviral frente a virus de la influenza, herpes simple y estomatitis vesicular[5] (Alonso 2007 y Monografía WHO). Las tres especies de Equinácea han mostrado asimismo en varios estudios una importante actividad antioxidante, atribuida a su contenido en derivados fenólicos que actúan como potentes captadores de radicales libres de oxígeno (radicales hidroxilo y superóxido).
Existen numerosos estudios clínicos que han evaluado la actividad de Equinácea en humanos. Un meta análisis (Saha et al.) publicado en 2007 [6]), incluye en la revisión 14 estudios, cinco de ellos con preparados a base de E. angustifolia (en uno de ellos como único componente y en los cuatro restantes en combinación con E. purpurea) y el resto con preparados a base de E. purpurea como único componente. La conclusión de los autores de esta revisión es que el análisis de los estudios, sugiere que la Equinácea representa un beneficio en la disminución de la incidencia y la duración del resfriado común.

Se puede concluir por tanto que los preparados de combinación a base de Equinácea purpurea y angustifolia, pueden ser beneficiosos para ayudar al organismo a prevenir y a combatir infecciones agudas y leves del tracto respiratorio superior tales como resfriados, siempre que se tomen a la aparición de los primeros síntomas. También se ha demostrado que su eficacia es mayor en quienes presentan una mayor frecuencia de episodios de resfriados y en aquellos cuyo sistema inmune se encuentra levemente comprometido. Por otro lado, de forma moderada, puede disminuir el riesgo de recurrencia en individuos con enfermedad respiratoria crónica recurrente. Su probada acción antimicrobiana, apunta a que también pueden ayudar a prevenir las complicaciones bacterianas derivadas de las infecciones víricas de los procesos de vías altas.

Astrágalo, de la milenaria medicina tradicional china.

astragalo florEl Astrágalo (Astragalus membranaceus), es una planta muy utilizada desde antiguo en la medicina tradicional china donde se considera reguladora del bazo y de la función gástrica y se usa para mejorar la resistencia física y de los humores ante diversas enfermedades entre ellas los resfriados. Investigada en occidente desde hace relativamente pocos años, los estudios realizados apoyan el uso como apoyo del sistema inmune.

Del Astrágalo se utilizan las raíces, que contienen principalmente saponósidos (astraglósidos), glicósidos triterpénicos y polisacáridos (astragalanos). Los estudios realizados han mostrado que las raíces de astrágalo tienen propiedades inmunoestimulantes (sin suprimir la función inmune en tratamientos prolongados), hepatoprotectoras, antioxidantes, y antivirales.

Vitamina C y Zinc, una asociación clásica.

vitamina CYa en 2005, Wintergerst et all., hicieron una revisión[9] a fin de dilucidar si la vitamina C y el zinc podían tener un papel beneficioso de apoyo de la respuesta inmune ante el resfriado común. Tras su revisión, los autores concluyeron que una ingesta adecuada de vitamina C y zinc son esenciales para la salud, debido a que estos nutrientes interactúan con el sistema inmunológico humano apoyando su respuesta y proporcionando protección antioxidante frente a las especies reactivas de oxígeno, producidas durante la respuesta inflamatoria que acompaña a los estados catarrales.

La vitamina C estimula la quimiotaxis de neutrófilos y contribuye a mantener la integridad redox de las células lo que las protege contra las especies reactivas de oxígeno. En cuanto al zinc, se ha demostrado que su deficiencia afecta a mediadores celulares de la inmunidad innata como la fagocitosis, la actividad natural de las células killer, y la producción oxidativa.

 ¿Y si no llegamos a tiempo?

A menudo el catarro acaece sin que dé tiempo a prepararse. En estos casos también la fitoterapia brinda sus soluciones. Plantas tan tradicionales como la grindelia (Grindelia robusta), el culantrillo (Adiantum capillus-veneris), la drosera (Droserarotundifolia), el liquen de Islandia (Cetraria Islandica) o el grosellero negro (RibesNigrum), son clásicos eficaces para combatir los síntomas del resfriado.

  • Las sumidades floridas de grindelia, se han utilizado tradicionalmente para el tratamiento de la tos y de las bronquitis y la EMA7 le reconoce la indicación específica para el tratamiento de la tos asociada a los resfriados. Su acción es debida a la acción sinérgica de su resina (rica en ácidos diterpénicos), los saponósidos y el aceite esencial, como principales componentes.
  • Del culantrillo, se usan también las sumidades floridas, ricas en mucílagos de acción antiinflamatoria local, béquica, mucolítica y expectorante.
  • De la drosera, se utiliza la planta entera rica en naftoquinonas, flavonoides y mucílagos entre otros compuestos. Su acción es principalmente antitusígena, espasmolítica y mucolítica. Por lo que se indica particularmente para la tos seca e irritativa.
    El liquen de Islandia, tiene principalmente una acción antitusiva debido al efecto antiinflamatorio, suavizante y protector de la mucosa respiratoria de los polisacáridos. Tiene también una acción bacteriostática debida a los ácidos liquénicos.
  • En cuanto al grosellero negro, su actividad antiinflamatoria se debe a los flavonoides y sobre todo a las proantocianidinas, compuestos que además inhiben la liberación de histamina por los mastocitos, por lo que se considera que el grosellero negro ejerce también una acción antialérgica.

En conclusión, tanto para prevenir como para tratar los resfriados, la fitoterapia ofrece soluciones naturales y eficaces que hacen de la misma una herramienta útil y de primera intención.

Olivo La Ciudadela  Herbolario La Ciudadela

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